Hay muchas estudiantes en la Escuela Privada de Niñas de Iojaku que tienen personalidades excĂ©ntricas. Desde la chica que estĂĄ demasiado atenta a los asuntos relacionados con la moral pĂșblica hasta el punto de que se arrodillarĂa y mirarĂa fijamente a la entrepierna de un hombre con los pantalones bajados en el retrete, hasta la chica delirante que ama demasiado a su profesor y a menudo sueña despierta lascivamente con Ă©l en la escuela, asĂ como la chica que es una sĂĄdica autoproclamada. Luego estĂĄ el profesor que los vigila, un muro de hierro que permanece imperturbable por los acontecimientos perversos a su alrededor.